LA CESTA PUNTA COMO ARMA DEL PALEOLÍTICO. POR JESÚS GONZÁLEZ ARTABE Y MARIANNE VAN DER SLUYS TIRESANT

LA CESTA PUNTA COMO ARMA DEL PALEOLÍTICO. POR JESÚS GONZÁLEZ ARTABE Y MARIANNE VAN DER SLUYS TIRESANT

Una más de nuestras muchas aficiones es la de leer libros antiguos sobre temas históricos y también de costumbres de grupos humanos minoritarios. Generalmente escritos por viajeros y que hoy en día los puedes encontrar casi gratis porque en esta sociedad los libros están mal vistos y los viejos que nos vamos muriendo dejamos bibliotecas que no las quiere nadie. El otro día Maríanne estaba leyendo uno que nos viene de la biblioteca de su padre (Run Jungle de Alan Moorehead 1953). Trata sobre uno de los grupos de los primeros colonizadores de humanos que llegan a Australia. El autor explicaba la fabricación de una de las armas de este grupo qué consistía en la rama doblada de un árbol vaciada en su interior que sujeta con correas al brazo le servía para lanzar piedras. Comenta que al verlo recordó inmediatamente un juego que tienen los vascos con el que lanzan con una cesta una pelota contra un frontón a gran velocidad.

El instrumento qué fabricó aquel aborigen australiano realizaba la misma función. Hay cosas que pasan desapercibidas y esto hemos visto qué es frecuente por eso muchos de estos libros necesitan una segunda lectura porque lo que para muchos es una simple anécdota para nosotros es comprobar que una vez más no hay nada nuevo bajo el sol. Tenemos muy claro que este tipo de cosas no ocurren con la lengua euskerica probablemente porque siempre han sido muy pocos y mal considerados por quiénes les oían hablar en una lengua» no cristiana», así que difícilmente encontrareis una pepita de oro como la que estoy comentando. A quién se le ocurre hacer una cesta para jugar a pelota?. Probablemente al mismo que le dijo a su amigo a que termino de cortar mi árbol antes que tú el tuyo. Quizás fue el patrón del bote que le gritó al otro a que llego a casa antes que tú.

Podíamos estar poniendo ejemplos de estos con muchos de nuestros deportes pero refiriéndonos a la cesta punta y cualquier otra variante tendríamos que pensar que seguramente se le ocurrió al mismo que hace unos cuantos miles de años vacío una rama o uso una corteza torcida para cazar algún animal lanzando una piedra empleando un sistema parecido al que utilizaba para lanzar azagayas. Nosotros que leemos bastantes resúmenes y conclusiones de las excavaciones siempre nos damos cuenta de la gran importancia que tienen los elementos puntiagudos generalmente realizados con huesos o cuernos porque nos permiten conocer las técnicas de caza que tenía nuestros ancestros.

En Istúriz y también en la cueva del Castillo salieron en las excavaciones magníficas azagayas y no tenemos dudas de para que las utilizaban. Cuando se encuentran magníficas piezas de piedra redondeadas a veces de forma natural y otras ayudadas con pequeños retoques siempre se piensa en juegos de canicas si las piedras son pequeñas o de petanca y bolos si son más grandes. En ningún caso hemos leído que pudieran ser proyectiles utilizados en la caza. Lógicamente han quedado las piedras pero las ramas torcidas qué utilizaban como lanzadera han desaparecido de la excavación. Por suerte una vez más nos ha quedado el juego que nos permite encontrar lógica a las piedras redondas de los yacimientos Sabéis que los movimientos de los humanos en la prehistoria tiene para nosotros el doble atractivo del análisis histórico y el empleo de la imaginación para (en base a los conocimientos adquiridos) llegar a establecer cómo se realizaron. Cómo podéis comprender hay muchos que nos resultan tremendamente interesante pero dos de ellos son verdaderamente singulares. La llegada a Australia y la colonización del Nuevo Mundo, evidentemente sin contar el más interesante de todos qué es el de la salida de África ,del que ya en otras ocasiones os hemos hablado.


La llegada a América por las implicaciones que tiene son muchos los libros que hablan sobre ella ,pero sobre la presencia humana en Australia es un tema en el que debido a su antigüedad y a la complejidad del mismo no encontrareis demasiada información suficientemente bien contrastada, ya que además a medida que se van realizando descubrimientos arqueológicos sobre las especies de homínidos qué hace 40000 años convivían en esa zona de nuestro planeta muchas conclusiones establecidas hace no muchos años han quedado sin valor. Aunque solo sea para dar una pincelada de estas especies hay que recordar que la primera vez que se descubre un Homo erectus es en la isla de Java. Posteriormente hemos encontrado en una isla próxima una especie aún sin denominar a la que coloquialmente llamamos el Hobbit por su pequeño tamaño en la Isla de Flores. En Nueva Guinea tenemos claros especímenes de nuestra especie sapiens en su más primitiva manifestación y al otro lado del Estrecho de Torres ya en territorio australiano diversas formas de los distintos grupos humanos que a lo largo de milenios llegaron a aquellas tierras.Todo ello sin contar la otra especie de sapiens que habitaba en Eurasia a la que conocemos como neandertal. Nunca después de ese momento ha habido tal cantidad de especies del género Homo conviviendo al mismo tiempo. El periodo coincide con el final del interglacial Mindel-Wurm es decir un momento en qué los mares había vuelto a subir y que hasta bien avanzada la última glaciación no volvieron a descender. Esto significa que tuvieron que navegar evidentemente apoyándose en las islas unos 80 km. Curiosamente la misma distancia que hay entre las islas orientales de Canarias y África o entre las dos puntas del estrecho de Bering. Cómo lo hicieron hace 40000 años es otro de nuestros temas favoritos y además podría ayudar a entender el otolito de Santimamiñe o cómo llegaron a Lanzarote. Probablemente este tema merezca una mayor dedicación para estudiarlo pero sobre todo para relacionarlo con el aborigen australiano que le dio la pauta al autor del libro y nuestros antepasados paleolíticos en su común manera de lanzar piedras.

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